miércoles, 26 de mayo de 2010

"JOSETE" GUARDA DEL ATERIL


"Josete", en medio de Juan Diego y mio.



El Ateril, es una finca de unas 3000 ha. situada en sierra morena, concretamente en la comarca del Condado, termino municipal de Navas de San Juan, su propietario es D. Samuel Flores, en realidad son dos fincas en una, ya que también se incluye La Carnicera, la finca es muy bonita dominada por encinares y monte bajo es dividida por el río Guadalén, desde siempre había sido destinada a la ganadería de vacuno pero desde hace unos años es el aprovechamiento cinegético el que ha pasado a primer plano, la finca se repobló con Ciervos, Gamos y Muflones, era esta ultima especie la estrella, a rececho se cazaban buenos trofeos, en Enero de 2009, se realizo la primera montería con unos resultados mas que aceptables.
Gran culpa de ello la tiene su guarda mayor "Josete", que desde el inicio de la caza en el Ateril, a mimado a los animales y a pasado mas de una noche en vela o mucho calor en el cortijo, atento al disparo furtivo que de vez en cuando se escucha en la sierra.
Tuve la oportunidad de conocerlo en un servicio que realicé en la finca, su carácter bonachón y un poco socarrón, hizo que pronto le tomáramos afecto, hombre conocido y respetado en la zona, que presume de haber recechado con toreros y gente importante, pero que ofrece todo lo que tiene a cualquier persona de orden que acude a la finca, todavía recuerdo la noche anterior a la primera montería, la incertidumbre hacía mella en Josete, que no durmió esa noche en su casa del Porrosillo, lo hizo en el cortijo de la finca, mezcla de nervios y ansiedad por como se daría al día siguiente, el caso es que a penas pegó ojo y sobre las 5 de la madrugada ya nos estaba ofreciendo un cigarro, deseoso de que amaneciera, seguro que el fondo sabía que se daría bien, quién mejor que el, al dia siguiente nos quedamos presenciando la montería y ya en la junta de carne, comprobamos que la la labor de Josete se había visto recompensada y así lo conocieron los monteros, a ultima hora de la tarde una sonrisa aspera, brillaba en su rostro, un buen guarda para una buena finca.
Mariano Martínez Aguilar.

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